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miércoles, 14 de abril de 2010

El "Vasco" Ostolaza rememora las conquistas de 1988


Es fácil darse cuenta quién es. Su 1,90 metros y su sencillez delatan al actual entrenador nacido en Dolores, Soriano, el 10 de julio de 1962. “Había un grupo humano sensacional muy unido. No había ni suplentes ni titulares”, dice Santiago Ostolaza sobre 1988, año en el que Nacional y el fútbol uruguayo ganaron su última Copa Libertadores de América y Copa Intercontinental hasta el momento. Además recuerda lo que significó la Libertadores y la calidad de jugadores que tenía el Philipps Sport Vereinigen. “Ese equipo del PSV era una selección”, señala, a la vez que elogia la tarea de Roberto Fleitas. “Los técnicos lo analizaron muy bien al rival y nos dieron mucha información”.
_ ¿Qué recuerdos tiene de su paso por Nacional?
_ Los recuerdos son muy lindos. Saber de que con ese equipo uno tuvo la posibilidad de conocer mucho mundo, de poder jugar competencias tanto a nivel nacional como internacional que fueron muy importantes. Lógicamente (tengo) el recuerdo de haber conquistado algo muy importante, no solo para el club sino para nosotros como grupo de jugadores. El plantel consiguió cosas tan importantes como la Copa mundial a nivel de clubes.
_ Antes de ganar en Tokio, ganaron la Copa Libertadores. ¿Qué fue lo más difícil allí?
_ Tal vez lo más difícil haya sido el convencimiento del grupo, de que podíamos lograr esas cosas. Ya cuando jugamos la final del mundo estábamos convencidos, pero en ese trayecto nos costó convencernos de que realmente éramos buenos. Fue duro, fue pasando etapas y creo que fue fortalecida por la llegada de Hugo de León, de (Juan) Carlos de Lima y de Daniel Carreño, que fueron fundamentales para cerrar un círculo de un grupo muy importante. Ellos eran muy buenos jugadores, muy buenas personas y le sirvieron muchísimo al grupo.
_ ¿En qué momento se convencieron de que podían salir campeones?
_ Creo que cuando fuimos a Colombia a jugar contra el América (de Cali), donde Carlitos de Lima hace el gol del empate que nos dio la posibilidad de clasificar a la final contra Newell’s. Creo que ese momento para nosotros fue clave.
_ Cuénteme cómo fueron esos partidos contra Newell’s Old Boys de Rosario.
_ Los primeros 90 minutos en cancha rival fueron muy difíciles, muy complicados por la calidad del equipo (y) por lo que representaba toda la ciudad de Rosario apoyando a Newell’s. Nos trajimos un buen resultado, que al final acá en el estadio pudimos sacar la diferencia y salir campeones, que era lo más importante después de 180 minutos. Creo que fue un partido difícil, pero se ganó claramente.
_ ¿Sentían presión al haber salido Peñarol campeón en 1987?
_ Si, había una presión extra donde queríamos tratar de igualar esa situación de Peñarol. Creo que fue una presión importante porque pudimos asumir esa presión, sacarla adelante y lograr ese objetivo.
_ Por la victoria continental, se ganaron el derecho de jugar la Copa Intercontinental en Tokio. ¿Qué significó para usted dicha Copa?
_ Fue un paso importante para nosotros. Personalmente siempre tenía un sueño lejano, pero sueño al fin, de que en algún momento podía estar jugando ese tipo de competencias. Se dio la chance con ese grupo, que fue un grupo sensacional, y haber estado compitiendo contra un equipo, que era una selección. Ese equipo del PSV era una selección, con jugadores de Holanda, de Dinamarca, de Bélgica, de Brasil, que estaba Rosario. Poder ganar ese partido fue realmente algo grandioso.
_ ¿Qué sabían del PSV antes del partido?
_ Teníamos mucha información porque los entrenadores habían recibido mucha sobre el equipo. Lamentablemente no se manejaba la tecnología que se maneja ahora, que podes ver los partidos en directo de Europa. Lo habíamos visto bien. Los técnicos lo analizaron muy bien al rival, que a la postre sirvió para lograr igualar el partido en los 120 minutos.
_ ¿Cómo se vivió la previa al partido?
_ Con mucha ansiedad, sabiendo que nos tocaba representar al país, que nos tocaba representar a muchos hinchas (y) a muchos dirigentes. Eso te creaba una ansiedad previa muy importante. También sabíamos que en ese momento estábamos muy confiados; al rival que tuviéramos enfrente le iba a costar muchísimo (ganarnos). Nos sentíamos muy fuertes y sabíamos que donde tuviéramos una, dos chances la íbamos a aprovechar. Después la humildad y el sacrificio que tenía el equipo iba a ser un buen partido.
_ ¿Y qué significó para usted haber marcado dos goles?
_ Para uno es muy importante porque creo que a nivel de esa Copa mundial nunca había conquistado nadie dos goles. A mi me tocó también hacer el penal, así que diría que por el lado personal es muy importante. Pero yo siempre resalto que esto fue un triunfo del grupo. Había un grupo humano sensacional (y) muy unido. No había ni suplente ni titulares. Cada uno que jugaba entraba a la cancha a dejar todo y eso creo que fue lo más importante para que se lograran esos objetivos.
_ ¿Qué recuerda de la tanda de penales?
_ Ahí siempre sale el recuerdo de lo que significó Jorge Seré. Jorge en su momento estaba en una etapa sensacional, como estábamos todos, pero estar frente a él era muy difícil. Él practicó muchísimo los penales; siempre se quedaba a entrenar. Ese trabajo que hizo le dio sus frutos porque contuvo una cantidad de penales. Lo valoramos mucho porque los rivales eran muy buenos.
_ Dijo que el cuerpo técnico les brindó mucha información, ¿Qué papel jugó Roberto Fleitas?
_ Fue muy importante tanto él como el Cono Carminatti, que era el preparador físico como Saúl Rivero, que era el (técnico) auxiliar. Sentíamos que estábamos muy respaldados por ellos, con mucha información que nos dieron sobre el rival. En ese momento el equipo tenía problemas económicos. Eso hacía que todavía fuera un poco más dificultoso poder jugar contra esa clase de rival, pero sobresalió la unión que había en el grupo tanto de jugadores, de técnicos, de los doctores, gente que nos apoyaba muchísimo. Resalto que no fue un triunfo solo de once jugadores, sino del grupo que se formó.
_ ¿Los problemas que nombró pusieron al grupo más rebelde?_ Si, en parte los problemas económicos a veces hacen que uno tenga más rebeldía, que se sienta más fortalecido con el grupo para tratar de salir adelante, pero la realidad del fútbol uruguayo siempre fue igual en todas las épocas. (Somos un) país que tiene muchas dificultades económicas y que influyen en el deporte. El fútbol sabe que jugar contra un rival de Europa hay una diferencia económica, organización e infraestructura que es desfavorable a nosotros.
_ ¿Cree que el tricolor puede volver a ganar la Copa?
_ Si, si, estoy convencido que se puede dar. Más te digo, tal vez Nacional en este momento tenga un plantel como para hacer cosas importantes y poder lograr lo que todos queremos: que vuelva a salir campeón de América. Es cuestión de trabajar, de que el grupo se conjunte (y) trabaje unido.
_ ¿La baja de Nicolás Lodeiro se puede suplir?
_ Creo que Lodeiro es un gran jugador, muy importante. Pero con el plantel que tiene Nacional hay que darle tiempo para que el entrenador encuentre un recambio justo o el jugador que cumpla una función parecida a la de Lodeiro. Estoy convencido de que tiene un gran plantel Nacional como para poder suplirlo.
_ ¿Esos tiempos que habla, el fútbol los da hoy en día?
_ La Comisión Directiva va a ser muy importante. Si se eligió al entrenador (Eduardo) Acevedo le tienen que dar todo el apoyo y tienen que tener un poco de paciencia porque los resultados no salen de un día para el otro. Sabemos que a veces el jugador puede andar en un buen momento o a veces en un mal momento. Hay que esperarlo, dejar que trabaje, tener un poco de paciencia y saber que hay capacidad tanto de jugadores como del técnico para salir adelante.





Damián Tiscornia
(Publicado en la revista "El clásico bolso")

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