Gilles Joseph Henry Villenueve, nació el 18 de enero de 1950 en Richelieu, un pequeño pueblo ubicado en la mayor parte francófona de la provincia de Quebec, en Canadá. De todas formas, su infancia y adolescencia la posó en Berthierville, una localidad ubicada a 120 kilómetros de su poblado natal.
Toda su vida, estuvo vinculada al deporte motor. Siendo chico, corrió en trineos de nieve a motor, categoría en la que se consagró campeón mundial a los 19 años. Sin embargo, cuatro años después, decidió abandonar dicho deporte para correr en la Fórmula Ford.
En 1976, conquistó su primer gran título, al consagrarse campeón de la Fórmula Atlantic estadounidense, ganando nueve de las diez carreras disputadas. Al año siguiente, se coronó campeón nuevamente de dicha categoría, pero esta vez en versión canadiense.
Ese año, 1977, fue muy importante para él, debido a que fue solicitado por McLaren para disputar los entrenamientos del GP de Silverstone. La escudería, le dio al canadiense el viejo McLaren M23, pero igualmente pudo lucirse. Manejaba tan al límite que hacía trompos en cada curva del circuito británico. "¿Cómo puedes conoces los límites del coche si no lo sobrepasas", se preguntaba.
Pero su carrera deportiva en la Fórmula 1, la vivió en la Scudería Ferrari. Por aquel entonces, las relación entre Niki Lauda y Enzo Ferrari no eran las mejores, por lo que el austríaco abandonó la Scudería de Maranello. Fue por ello que il Commendatore vio en el canadiense al reemplazante perfecto.
En su segunda carrera con su nueva escudería, protagonizó un espectacular accidente en Monte Fují, Japón. En la recta principal, intentó sobrepasar a Ronnie Peterson, pero al hacerlo, una de sus ruedas delanteras tocó contra una de las del Tyrrell que piloteaba el sueco. Como consecuencia, dos espectadores murieron y diez resultaron heridos. Increíblemente, el canadiense resultó ileso.
En 1978, vivió un año polémico en Ferrari. En su afán de conseguir buenos resultados e ir siempre al límite, fue partícipe casi toda la temporada de grandes accidentes y despistes. La última carrera de la temporada, justamente en su tierra natal, fue la única que pudo ganar, haciéndolo de punta a punta.
El año siguiente, fue uno de los mejores de su carrera deportiva. Ferrari, logró el campeonato de pilotos de la mano del sudafricano Jody Scheckter, mientras que Villenueve conquistó el subcampeonato. Si bien fue más rápido que su compañero, errores del equipo no le permitieron llevarse el título. La antítesis, fue 1980, donde la Ferrari 312T5 clasificaba en los últimos lugares de la grilla.
En 1981, tuvo dos grandes triunfos en Mónaco y España, pero la falta de confiabilidad del motor turbo, le imposibilitó disputar el campeonato hasta el final. El año siguiente, la escudería no estuvo a la altura de las expectativas, pese a que se perfilaba para ser candidata. Para peor, la relación con su compañero, Didier Pironi, no era la mejor.
Pero el GP de Bélgica, en Zolder, marcaría el final de su corta pero brillante carrera en Fórmula 1. Allí, Gilles, en su vuelta lanzada en la clasificación, no pudo evitar toparse con el March de Jochen Mass, quien venía rodando muy lento. El neumático delantero izquierdo de la Ferrari chocó contra la parte trasera del March, lanzando la Ferrari por los aires. Villeneuve, salió disparado del coche, sufriendo lesiones que le causaron la muerte al instante.
"Yo corro para ganar, para obtener el máximo de la máquina, no para estar en la pista andando lento y acabar octavo", dijo en su momento el padre de Jacques Villeneuve, quien en 1997 se consagró campeón del mundo. Gilles, por su parte, logró seis victorias, se subió a 13 podíos y consiguió dos poles positión a lo largo de su carrera.
"Era el diablo más loco que jamás llegó a la Fórmula 1... El hecho de que, por todo esto, era un personaje sensible y amable pero durante el infierno que resultaba la largada y la salida, tomaba en serio la conducción, lo que lo hizo un único ser humano", declaró sobre el canadiense Niki Lauda.
Damián Tiscornia
Ese año, 1977, fue muy importante para él, debido a que fue solicitado por McLaren para disputar los entrenamientos del GP de Silverstone. La escudería, le dio al canadiense el viejo McLaren M23, pero igualmente pudo lucirse. Manejaba tan al límite que hacía trompos en cada curva del circuito británico. "¿Cómo puedes conoces los límites del coche si no lo sobrepasas", se preguntaba.
Pero su carrera deportiva en la Fórmula 1, la vivió en la Scudería Ferrari. Por aquel entonces, las relación entre Niki Lauda y Enzo Ferrari no eran las mejores, por lo que el austríaco abandonó la Scudería de Maranello. Fue por ello que il Commendatore vio en el canadiense al reemplazante perfecto.
En su segunda carrera con su nueva escudería, protagonizó un espectacular accidente en Monte Fují, Japón. En la recta principal, intentó sobrepasar a Ronnie Peterson, pero al hacerlo, una de sus ruedas delanteras tocó contra una de las del Tyrrell que piloteaba el sueco. Como consecuencia, dos espectadores murieron y diez resultaron heridos. Increíblemente, el canadiense resultó ileso.
En 1978, vivió un año polémico en Ferrari. En su afán de conseguir buenos resultados e ir siempre al límite, fue partícipe casi toda la temporada de grandes accidentes y despistes. La última carrera de la temporada, justamente en su tierra natal, fue la única que pudo ganar, haciéndolo de punta a punta.
El año siguiente, fue uno de los mejores de su carrera deportiva. Ferrari, logró el campeonato de pilotos de la mano del sudafricano Jody Scheckter, mientras que Villenueve conquistó el subcampeonato. Si bien fue más rápido que su compañero, errores del equipo no le permitieron llevarse el título. La antítesis, fue 1980, donde la Ferrari 312T5 clasificaba en los últimos lugares de la grilla.
En 1981, tuvo dos grandes triunfos en Mónaco y España, pero la falta de confiabilidad del motor turbo, le imposibilitó disputar el campeonato hasta el final. El año siguiente, la escudería no estuvo a la altura de las expectativas, pese a que se perfilaba para ser candidata. Para peor, la relación con su compañero, Didier Pironi, no era la mejor.
Pero el GP de Bélgica, en Zolder, marcaría el final de su corta pero brillante carrera en Fórmula 1. Allí, Gilles, en su vuelta lanzada en la clasificación, no pudo evitar toparse con el March de Jochen Mass, quien venía rodando muy lento. El neumático delantero izquierdo de la Ferrari chocó contra la parte trasera del March, lanzando la Ferrari por los aires. Villeneuve, salió disparado del coche, sufriendo lesiones que le causaron la muerte al instante.
"Yo corro para ganar, para obtener el máximo de la máquina, no para estar en la pista andando lento y acabar octavo", dijo en su momento el padre de Jacques Villeneuve, quien en 1997 se consagró campeón del mundo. Gilles, por su parte, logró seis victorias, se subió a 13 podíos y consiguió dos poles positión a lo largo de su carrera.
"Era el diablo más loco que jamás llegó a la Fórmula 1... El hecho de que, por todo esto, era un personaje sensible y amable pero durante el infierno que resultaba la largada y la salida, tomaba en serio la conducción, lo que lo hizo un único ser humano", declaró sobre el canadiense Niki Lauda.
Damián Tiscornia
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