
Vuelve al fútbol. Pero no a las canchas. Luego de estar alejado del ambiente desde su retiro en 1999, fue convocado por Marcelo Tejera para ver y recomendar jugadores del interior. En esta entrevista, Diego Martín Dorta recuerda su carrera deportiva y su paso por Peñarol, club con el que se coronó tres veces Campeón Uruguayo. “El sueño de uno cuando llega a un equipo grande, al club del que es hincha, es que las cosas salgan bien (y) salir campeón”, declara. Además habla de su paso por Independiente y elogia la tarea del “Pichón” Héctor Nuñez en la Copa América de 1995. “Supo manejar jugadores muy importantes, de distintas características”, señala. También relata cómo vivió y que sintió en el momento que decidió retirarse de la práctica activa del fútbol.
_ ¿Qué balance hace de su carrera deportiva?
_ Lamentablemente mi carrera se cortó bastante antes de lo que me podía imaginar. A los 26, 27 años dejé el fútbol por una lesión bastante complicada. Pero los años que jugué realmente fueron muy intensos (y) disfruté mucho. Logré un montón de objetivos que tenía; cuando era niño mi sueño más grande era poder jugar en Peñarol, tuve la oportunidad de hacerlo, de ser capitán, jugar en la selección y salir campeón de América. O sea, varios objetivos cumplidos a pesar de no ser muy extensa la carrera, fue intensa y me dio muchas satisfacciones.
_ Cuénteme su debut en Central Español. _ Debuté a los 16 años en Central Español. Era muy chiquilín, pero el entrenador de turno, al que le tengo que agradecer muchísimo, que fue Pedro Cubilla, me vio condiciones para debutar tan joven. Creo que fue un paso ideal el haber jugado en un equipo con menos exigencias. A los 18 años tuve la posibilidad de pasar a Peñarol, donde las exigencias son mayores y creo que hicimos una escala ascendente que me permitió ir madurando y cumpliendo objetivos.
_ Vivió la época del comienzo del Quinquenio, pero cuando llegó al club tuvo años difíciles, ¿verdad?
_ Si, cuando llegué me tocaron dos o tres años bastante difíciles, donde el club vivía una situación similar a ésta (la de ahora), con problemas económicos. Los resultados no se daban y después arrancó el ’93 con el inicio del Quinquenio. El sueño de uno cuando llega a un equipo grande, al club del que es hincha, es que las cosas salgan bien (y) salir campeón. Por suerte se logró eso. Estuve hasta el ’95. (Fueron) tres años de ganar clásicos, de ganar campeonatos. Uno ahí puede potenciar más sus cualidades y desarrollarlas mucho mejor.
_ ¿Cuánto influyó haber ganado en 1993 para conseguir cinco títulos?
_ Importante porque fue el envión anímico que necesitábamos. Peñarol venía como seis, siete años también sin ganar un campeonato local y había que cortar esa mala racha. Se armó justamente un equipo para eso, el club fue ganando confianza y se fueron dando los otros años.
_ ¿Qué incidencia tuvo Gregorio Pérez?
_ Fue importante porque armó un grupo humano muy bueno. Lo principal era que el equipo saliera adelante. (Había) jugadores experientes. La confianza del entrenador es fundamental y el apoyo de los compañeros que vinieron a respaldar esa idea. Nelson Gutiérrez, el “Chueco” (José) Perdomo, vino (Pablo) Bengoechea, vino el “Pollo” Vidal, Mario Saralegui, montón de muchachos que se pusieron a todo el resto a los hombros y tuvieron mucho que ver en lo que fueron esos logros.
_ En 1995 fue traspasado a Independiente, ¿qué rememora de su paso por allí?
_ Después de cinco, seis años tuve la posibilidad de ir a Independiente. Estuve dos años y medio. Cuando llegué salimos campeones de la Supercopa, o sea que también (es) un recuerdo lindo con jugadores importantes argentinos caso (Jorge) Burruchaga, Diego Cagna, Daniel Garnero, Gustavo López, un montón de jugadores que a uno lo enriquecen y un fútbol totalmente diferente al que estamos acostumbrados acá. Yo ya me había ido con algún problema de Peñarol y lamentablemente ahí se acrecentaron. Pero tiempo después dejé la carrera porque realmente era mucho lo que sufría y no daba más.
_ ¿Y se nota la diferencia entre el fútbol uruguayo y el argentino?
_ Si, si, es otra dinámica, otra velocidad. Cuando se va de acá (se) siente el cimbronazo, pero de a poco uno (va) acostumbrándose. Vas logrando el ritmo que se requiere para jugar en un fútbol que es más veloz, que hay jugadores más técnicos. Hay que acoplarse rápidamente para entrar en el circuito de ellos.
_ También en 1995 ganó la Copa América con la selección uruguaya.
_ El mejor recuerdo a nivel de selección mayor. Yo había participado de selecciones juveniles, logrando pasajes a mundiales y todo eso. La satisfacción de haber salido campeones en Uruguay, en nuestro estadio, con nuestro público. Fue una presión importante y por suerte se armó un buen grupo, con el “Pichón” (Héctor) Núñez a la cabeza, que supo manejar jugadores muy importantes de distintas características, de distinto carácter. Al final el objetivo se logró y todo el país festejó el último triunfo del fútbol uruguayo. Uno tiene el recuerdo muy presente siempre.
_ ¿Por qué considera que últimamente le cuesta ganar a nivel continental a la selección?
_ Hay muchos factores. Los jugadores se van muy temprano, hay muchas carencias en nuestro fútbol. Somos difíciles de acoplar a un equipo porque vienen todos los mejores pero nos cuesta acoplarnos. Creo que hay muchos factores. De repente el nivel de los jugadores ha bajado (y) todos los equipos han crecido. A mi me ha tocado jugar con los que considero que fueron los últimos jugadores importantes. Rubén Sosa, (Carlos) Aguilera, Perdomo mismo, Hugo De León, creo que fueron jugadores importantes. Después costó el recambio en el fútbol uruguayo. Quizás por los trabajos aquellos que uno recuerda de Raúl Betancort y (Esteban) Gesto en juveniles, creando procesos importantes, procesos largos que después se interrumpieron. Cuesta lograr generaciones que se mantengan en juveniles y que después puedan lograr en las mayores todo eso que pueden hacer en juveniles.
_ Al principio de la entrevista decía que pasó de Central a Peñarol muy joven, ¿por qué cree que el jugador ahora sueña con ir directamente a Europa?
_ Creo que es unote los problemas que ha tenido el fútbol uruguayo para no seguir evolucionando. Anteriormente jugaban en un equipo menor y el sueño era andar bien, llegar a primera y jugar en el equipo que somos la mayoría de los uruguayos: Peñarol o Nacional. Creo que esa escala, ese pasaje te hacía crecer, se lograban mejores futbolistas (y) maduraba más. El resultado después se veía en la selección, que era integrada por seis de Peñarol y cinco de Nacional o seis de Nacional y cinco de Peñarol. Siempre había esa mixtura de jugadores de equipos grandes, que eran los que tenían la experiencia, el roce internacional de Copa Libertadores. Después todo eso se veía en la selección, cuando llegaban jugadores con experiencia y con la presión de tener que ganar siempre.
_ ¿Y por qué cambió eso?
_ Por lo económico. El tema (es) que los jugadores se van jóvenes. Ya la ilusión y la necesidad económica no pasa por jugar en el equipo grande, sino por irse lo antes posible al exterior, por solucionar el tema económico. Cuando empezó a primar el tema económico por sobre los sentimientos, podríamos decir que empezaron a mermar los resultados del fútbol.
_ ¿Qué jugador de la actualidad se asemeja a las características que tenía usted?
_ No se si se me asemejan. A mí me gustan el volante tipo (Sergio) Orteman. Es un volante completo. (Egidio) Arévalo Ríos creo que lo está haciendo también muy bien. A pesar de no tener las mismas características es un jugador importante. Son en esto momentos la dupla de volantes que más me gusta. Puede que haya similitud con Orteman. Es un jugador que me resulta muy interesante, me gusta mucho.
_ ¿Qué anda haciendo ahora?
_ Ahora retomando un poco el fútbol, tras una invitación de Marcelo Tejera, que está trabajando en el fútbol con jugadores, haciendo intermediaciones, representando algún pibe. Me invitó a participar del trabajo junto a Pablo Boselli. (Estoy) de vuelta en el ruedo, mirando fútbol y haciendo lo que me gusta.
_ ¿Y cuál es su tarea?, ¿ser un cazatalentos?
_ De repente sí, recorriendo un poco el interior. El fin de semana pasado estuve en Salto viendo una final de sub – 18 de selecciones del interior en un partido entre Salto y Florida. Me gusta la tarea, me gusta el fútbol y (estoy) con muchas ganas de que esto marche bien.
_ ¿Qué fue de su vida desde que dejó el fútbol hasta ahora?
_ Hubo unos años que es complicado reinsertarte en la sociedad sin el fútbol porque uno desde chiquito jugó al fútbol y parece como que (es) lo único que sabe hacer. Me costó unos años hasta que en una decisión familiar hicimos un negocio, que es una casa de fiestas, que hasta el día de hoy se mantiene. Nos sacó (adelante), me ocupó la cabeza en otra cosa y me gustó lo que hice. Como te dije, ese salón de fiestas hasta el día de hoy funciona. Ahora me reincerté en el fútbol, en esta nueva etapa mirando fútbol y jugadores.
_ ¿Qué siente cuando un jugador de 28 años como Nicolás Frutos tiene que abandonar el fútbol?
_ Es una sensación difícil, fea. Puedo comprender lo que siente ese muchacho que se le corta la carrera por una lesión grave y realmente solidarisarme. La vida continúa y (hay que) reinsertarse lo antes posible en otra actividad que te ocupe la cabeza y tratar de sobrellevar de la mejor manera el tema de no poder jugar más al fútbol. En el caso de este muchacho hizo una carrera, dejó a los 28 años y jugó varios años al fútbol. Pero en ningún momento se corta la posibilidad de jugar al fútbol. En algunos casos se corta antes. (Hay que) pensar en hacer otra cosa y mirar para adelante para que no sea un problema, que no caiga en depresiones y en cosas que perjudican la salud.
_ ¿Le pasó de caer en depresiones?
_ No, en depresiones no. Lo tomé y lo asumí de la mejor manera. Realmente era mucho lo que sufría por las lesiones, mucho dolor. Cuando dejé no lo sufrí para nada. El qué hacer después es lo complicado. Buscar una actividad que te guste, buscar tu recompensa económica (y) que se pueda sobrellevar adelante una familia. Yo tengo dos hijos. Eso es lo complicado cuando uno no hizo una diferencia importante, que digas “estoy hecho y me quedo tranquilo”. Hay que ponerle todas las pilas, salir adelante y buscar una actividad que uno encuentre un futuro en ella.
Damián Tiscornia
Damián te devuelvo la visita a tu blog. La verdad es muy copado y lo hacés divertido y no engorroso.
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
Ricardo (www.vueltarapidaf1.blogspot.com)
Muy buena la nota. Ahora no es un "embrión anímico", sería envión en todo caso.
ResponderEliminarNo es fácil dejar de jugar fútbol yo jugué muy poco, hasta los 21 años y deje, me puse en un negocio de lácteos. Yo veía que en aquellos años se ganaba muy poco y la vida del futbolista son 20 años 25 y no quería retirarme con una mano atrás y otra adelante y me salio el negocio y no lo pensé mucho. Año 1966 1968.
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